martes, 20 de diciembre de 2011

Cerebro racional vs Cerebro emocional


Desde hace más de medio siglo se sabe que las emociones dependen en buena medida del funcionamiento de una estructura cerebral relativamente primitiva: el sistema límbico. Este sistema toma las tiendas del organismo y se hace cargo de las decisiones sobre todo en situaciones críticas. Los niveles inferiores de la estructura neural de la razón se mezclan con los que gobiernan el funcionamiento de las emociones y los sentimientos. Las emociones también están mediadas por una serie de circuitos que conectan las amígdalas con la corteza y por algunas zonas prefrontales las estructuras neurales de la emoción tienen una gran interacción con las del pensamiento.
Se han observado casos en lo que ciertas lesiones en la corteza prefrontal puede dejar casi intacta la capacidad de llevar a cabo las diferentes funciones cognitivas: percepción, memoria, lenguaje, raciocinio...La alteración del sistema Límbico degrada la vida de quien la sufre, aunque conserve la potencialidad intelectual.

Cerebro Emocional: La Percepción del Mundo


La percepción es un proceso nervioso superior que permite al organismo, a través de los sentidos, recibir, elaborar e interpretar la información proveniente de su entorno. El hombre adquiere conciencia de sí mismo y del mundo que le rodea por medio de sus sentidos. A partir de los estímulos recogidos por los sentidos el hombre DESCUBRE, ORGANIZA y RECREA la realidad, adquiriendo conciencia de ella por medio de la PERCEPCIÓN pero a ella se le une un toque de emoción para crear la consciencia de lo que creemos ver como real que no es más que una imagen formada en el cerebro.

Decisiones Emocionales: El Juego del ultimatum


El juego del Ultimatum es un juego experimental de economía en el cual dos partes interactúan de manera anónima y sólo una vez, por lo que la reciprocidad no es un problema. El primer jugador propone cómo dividir una determinada suma de dinero con el segundo. Si éste último rechaza la oferta, nadie obtiene nada. En cambio, si la acepta, el primer jugador obtiene lo que propuso y, el segundo, el resto. La complejidad de la experiencia radica en el mejor resultado a obtener, es decir, ninguno de los dos jugadores preferiría irse con las manos vacías, pero el jugador 1 sabe que si no propone un reparto que beneficie a ambos de igual manera las posibilidades de que el jugador 2 acepte son menores. En contrapartida, el jugador 2 sabe que si acepta el beneficio será para ambos, (en mayor, igual o menor medida dependiendo de la primera elección) por lo que debe elegir si obtiene beneficio o no; a veces es mejor obtener 1 dólar antes que nada, aunque el otro jugador obtenga 99 dólares.