miércoles, 22 de agosto de 2012

Javier Tirapu: Emoción y neuropsicología



Video de la ponencia del Dr. Javier Tirapu en el IV Congreso de la FANPSE (Federación de asociaciones de neuropsicología de España) celebrado en Valencia del 27 al 29 de Octubre de 2011 (Salón de actos de la Facultad de Filosofía de la Universitat de València)

martes, 24 de julio de 2012

Las expresiones faciales de las emociones no son universales

Occidentales y orientales no interpretamos del mismo modo las expresiones faciales de las emociones. Esta es la conclusión principal de un experimento en el que se analizó esta cuestión haciendo uso de animaciones generadas por ordenador. En el experimento se trabajó con dos grupos de personas; uno estaba formado por jóvenes occidentales y el otro, por jóvenes orientales. Cada participante debía observar las animaciones y atribuir cada una de las expresiones a una de las siguientes seis categorías emocionales: felicidad, sorpresa, miedo, disgusto, enfado y tristeza. Además de caracterizar las animaciones asignándolas a un estado emocional, también debían cuantificar la intensidad de la emoción. 
Como se ha indicado, los resultados del experimento no fueron los mismos para los observadores orientales y para los occidentales. Los occidentales asignaron las expresiones a cada una de las categorías de forma homogénea, con gran coincidencia entre ellos. Sin embargo, las observaciones de los orientales se solaparon en bastantes casos entre diferentes categorías, especialmente entre las de sorpresa, miedo, disgusto, enfado y tristeza. La alegría fue la única emoción en la que coincidieron unos y otros observadores y las asignaciones fueron homogéneas. Además, los orientales expresaron la intensidad de alegría, miedo, disgusto y enfado, mediante movimientos tempranos de los ojos, mientras que los occidentales lo hicieron con otras partes de la cara. Y esa diferencia resulta, por otra parte, significativa, ya que ejercemos sobre los ojos menor control voluntario que sobre la boca; y es posible que ese rasgo tenga relación con el hecho de que los orientales tienen, en general, comportamientos faciales más moderados o constreñidos. 
Así pues, esos resultados muestran que las expresiones faciales de emoción son específicas de las culturas, al menos cuando se consideran categorías culturales tan genéricas y tan alejadas entre sí como la occidental y la de extremo oriente. Los movimientos faciales que perciben los observadores reflejan los que se suelen producir en sus entornos sociales, ya que esas señales cumplen una función de comunicación, y para ello es necesario que todos los miembros de una misma comunidad o cultura utilicen los mismos o muy similares códigos. El hecho de que se hayan encontrado diferencias en el modo en que observadores pertenecientes a dos culturas distintas interpretan las señales faciales, indica que las representaciones mentales de las emociones tienen, al menos en cierto grado, carácter cultural. Y por lo tanto, no es correcta la idea de que la emoción humana es representada por el mismo conjunto de seis señales faciales diferenciadas con carácter universal. 
Darwin, en “The expression of the emotions in man and animals” había propuesto que algunas expresiones faciales tenían, originalmente, valor adaptativo. En virtud de tales orígenes, esas expresiones han sido consideradas el lenguaje universal para la expresión de estados emocionales internos, reconocibles del mismo modo en todas las culturas y, por ello, expresados mediante los mismos movimientos faciales por todas las personas. Sin embargo, en las últimas décadas varios estudios han puesto en cuestión esa noción de universalidad, tanto en lo relativo a las expresiones en sí, como a la codificación de su intensidad. 
El experimento glosado en esta anotación ha puesto de manifiesto que las categorías en las que se agrupan los gestos faciales de los occidentales corresponden, nítidamente, a cada una de las seis emociones consideradas hasta hace unos años básicas. Ahora bien, esa clasificación de las emociones parece no ser extrapolable a los orientales, y de hecho, no es la más adecuada para representar de un modo preciso el panorama general de las emociones en la cultura del oriente asiático. Es más, es muy probable que esa clasificación ignore otras emociones que, sin embargo, sean fundamentales para los orientales, como son la vergüenza, el orgullo o la culpa. 
En definitiva, parece ser que las emociones se expresan mediante señales faciales que, al menos en parte, son propias de cada cultura. Quizás algunas de ellas, como las señales de miedo o disgusto, evolucionaron originalmente por su valor adaptativo; pero con el tiempo se han modificado y diversificado para cumplir la función de comunicar las emociones en las interacciones sociales. Y como consecuencia de ello, se habrían modificado por efecto de las diferentes ideologías sociales y prácticas propias de cada grupo cultural. Al respecto, me resulta especialmente sugerente la idea de que existan diferencias interculturales en lo relativo a las emociones que tienen la condición de básicas, pues ello refleja profundas diferencias en aspectos fundamentales de nuestra naturaleza y comportamiento. 

Fuente: 
Rachael E. Jack, Oliver G. B. Garrod, Hui Yu, Roberto Caldara, y Philippe G. Schyns (2012): “Facial expressions of emotion are not culturally universal” PNAS 109 (19): 7241-7244 www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1200155109

viernes, 29 de junio de 2012

Hormonas, sistema inmune y emociones (Radio UNED)

 

Sinopsis: Cuando sentimos placer, el placer de un beso, de una buena comida, cuando nos reímos…, en estados emocionales positivos el cerebro libera unas sustancias que en concentraciones normales, potencian el sistema inmune. Y al revés, en situaciones de tristeza o depresión se produce el efecto contrario. Cada vez hay mayor evidencia científica sobre la interacción entre el sistema endocrino y el inmune para la regulación del comportamiento en general, y de las emociones positivas y negativas en particular. 

Participantes: Emilio Ambrosio Flores, catedrático de Psicobiología (UNED); Amparo Asís Duart, investigadora Departamento de Psicobiología de la UNED.

lunes, 25 de junio de 2012

Neuroquímica de las emociones


El sistema límbico, es la porción del cerebro situada inmediatamente debajo de la corteza cerebral, y está formada por centros importantes como el tálamo, hipotálamo, el hipocampo y la amígdala cerebral; dicho sistema es el responsable de controlar las emociones. El papel de la amígdala como centro de procesamiento de las emociones juega un papel muy importante en el proceso de enamoramiento, ya que funciona gracias a dos neurotransmisores: la dopamina y la GABA (ácido gamma aminobutírico). La dopamina está fuertemente asociada con mecanismos de seducción y pasión, buscando sólo comportamientos placenteros, mientras que la GABA, es un inhibidor que actúa como freno de los neurotransmisores excitatorios que provoca la dopamina.

viernes, 11 de mayo de 2012

Emociones desde el útero

El modo en que el bebé se desarrolla en el vientre marcará su vida. Se sabía que el alcohol, el tabaco y una mala alimentación incidían negativamente; ahora la ciencia ha ido más allá y ha descubierto que las emociones de la madre durante el embarazo también desempeñan un papel esencial

Jorge no deja de llorar. Sus padres, primerizos, están desesperados. Y muy nerviosos. Lo han probado todo. O al menos todo lo que se les ocurre: que si cogerlo, abrazarlo, intentar darle de mamar. La enfermera entra en la habitación del hospital en que están y trata de tranquilizarlos: “Está todo bien. Hay niños más inquietos que otros”, les dice. Pero eso noacalla al pequeño.
El embarazo de Marta, la mamá de Jorge, tampoco ha sido fácil. Al poco de quedarse en estado, se enteró de que su empresa estaba a punto de cerrar e iba a quedarse sin trabajo.Así que se ha pasado los nueve meses en reuniones sindicales, negociaciones y haciendo números en casa. A veces, le entraban ataques de ansiedad e incluso le costaba respirar.
Se sabe que el desarrollo del feto depende, en buena medida, del bienestar de la madre. De si esta practica algo de deporte, sigue una buena alimentación, no toma drogas ni alcohol. Pero, ¿y qué hay de las emociones? ¿Afectan los sentimientos de la madre al niño? Durante mucho tiempo se creyó que no, que el feto ni sentía ni padecía en el útero de su madre, felizmente protegido por la placenta. No obstante, numerosos estudios científicos realizados en las últimas décadas están poniendo de manifiesto que el estado emocional de la madre durante la gestación va a afectar la salud mental del bebé a largo plazo. Que una madre depresiva, ansiosa o estresada puede influir en el coeficiente intelectual de su hijo y predisponerlo para que tenga más riesgos de padecer problemas tales como la hiperactividad o el síndrome de déficit de atención.

Tomando conciencia

A lo largo del embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta cambios equiparables a los de laadolescencia con la diferencia de que se producen en meses. Tras la concepción, los órganos de la madre emigran a otras regiones, se amontonan unos contra otros para dejar espacio al cigoto, que se desarrolla a velocidad de vértigo con una serie de mecanismos de diferenciación y proliferación celular, y se transforma en un organismo complejo, con tejidos altamente especializados: el bebé.
También aparecen cambios emocionales traducidos en variaciones bioquímicas, ya que las emociones se asocian a la segregación de hormonas particulares. Y aunque no se puede demostrar al ciento por ciento, existen numerosos y potentes indicios de que el desarrollo del bebé en el útero de la madre va a determinar la vida que tendrá de adulto. Y en esto se ha visto que influye la alimentación de la madre, o su estado físico, y también, su saludemocional. “Existen muchos reclamos comerciales que te dicen que el embarazo es una época muy bonita, pero desde un punto de vista estético. Sin embargo, no se hace hincapié en lo humano”, considera Anna Maria Morales, consultora certificada en lactancia y miembro fundador del centro de salud familiar Marenostrum (MareNostrumCsf.com/) en Barcelona.
“Se empuja a la gente a comprar cosas para el embarazo para estar guapas, para cuidar el cuerpo, pero se informa muy poco acerca de cómo conectar corporal y emocionalmente con el bebé, con la idea de que tienen un niño creciendo dentro y de que sus emociones van a influir en su desarrollo”, prosigue Morales, que es doula, es decir, mujeres que acompañan a otras mujeres durante el embarazo, su labor es dar soporte físico y emocional durante el parto y el puerperio.
“Durante los nueves meses de gestación, la mujer pasa por una serie de controles médicos, pero nadie le pregunta cómo está a nivel emocional o qué tal está con su pareja”, se queja Sara Jort, terapeuta Gestalt especializada en psicología perinatal. Sigmund Freud fue el primero en percatarse de la importancia de los sentimientos de las madres; se dio cuenta de que las primeras etapas de la maternidad tenían efectos a largo plazo en la psicología del niño. Y que la educación emocional de los hijos no empezaba cuando estos nacían, sino en el útero.
Hace medio siglo, se comenzaron a realizar estudios con ratas y monos para comprobar si el hecho de que las madres estuvieran altamente estresadas tenía efectos en el desarrollo de las crías. Cuatro décadas después, un equipo de investigadores del Imperial College de Londres, liderado por la psicobióloga Vivette Glover, empezó a indagar sobre la importancia de las emociones en el embarazo. Para ello, llevaron a cabo un estudio con 14.000 mujeres embarazadas. Las monitorizaron durante toda la gestación; se midió su nivel de ansiedad, de estrés y luego, se estudió durante años a los niños que nacieron. Vieron que el 15% de los hijos de las madres más estresadas y ansiosas tenían el doble de riesgo de padecer déficits de atención e hiperactividad. Además, estos niños eran más proclives a ser ansiosos y a tener problemas de conducta. Más adelante, realizaron nuevas investigaciones, esta vez con grupos más reducidos de mujeres, y corroboraron que si la madre está estresada durante el embarazo, su hijo tiene más tendencia a padecer ansiedad. Y esa tendencia es independiente de la las experiencias que tenga el crío al nacer o de las emociones que comparta con su madre después.

Educación emocional desde el útero

¿Los fetos sienten dentro del útero de la madre? Si entendemos por sentir, sentimientos tales como la tristeza, la alegría, la soledad, el miedo, no. Tal como señala el profesor de psicología de la emoción y la motivación de la UNED, Enrique García Fernández-Abascal, el feto carece de la maduración neurológica para tener las emociones que tiene un adulto. “Se requieren al menos tres meses después de nacer para que se desarrollen los tubos neurales necesarios para las emociones”, señala. Sin embargo, lo que sí tienen los fetos son sensaciones. Así, sienten bienestar, placer, saciedad, alarma, sobresalto…
El feto, de alguna manera, percibe las emociones de la madre. Y eso es muy positivo puesto que le da al bebé un abanico de experiencias sensoriales necesarias para enfrentarse a la vida, desde la alegría, hasta la rabia o la tristeza. “Las emociones de la madre son un gran regulador de la fisiología de ella y del bebé. Las que son positivas, por ejemplo, generan una atenuación del sistema cardiovascular y una activación y refuerzo del sistema inmune. Es decir, que cuanto más alegres estamos, más vacunados, de alguna manera, estaremos contra el catarro –comenta Enrique García–. En cambio, cuando nos embargan las emociones negativas, segregamos hormonas tóxicas, el corazón se nos acelera y se deprime el sistema inmune, lo que nos deja más vulnerables ante las enfermedades”.
De ahí que sea esencial que la madre establezca vínculos con el niño desde el primer momento de la concepción. Con un gesto tan habitual en las embarazadas como tocarse la barriga, acariciarse, el feto recibe una experiencia positiva sensorial; conecta con la madre y se produce una respuesta bioquímica de placer, que se traduce en la segregación dehormonas que ayudan a establecer ese vínculo entre ambos.
“Eso no quiere decir que la madre tenga que pasar por el embarazo sin sentir o sintiendo sólo cosas positivas. Hay que sentir felicidad pero también estrés, todo en su justa medida, porque ambas son necesarias. El problema radica en cuando las negativas se cronifican –señala Enrique García, experto en psicología perinatal–. No es malo que la madre se enfade,pero sí que lo esté todo el día, todos los días. La educación emocional del niño empieza en el útero”.

Protección emocional

La placenta funciona como una especie de envoltura protectora. No obstante, estados de emociones negativas continuados pueden afectar su función, sobre todo el estrés. Cuando la madre se encuentra en una situación estresante, se produce en su organismo una cascada bioquímica. Todo empieza en el hipotálamo, que produce una hormona llamada CRH, factor de liberación de corticotropina; ésta le manda a la pituitaria que, a su vez, produce otra hormona, la ACTH o adrenocorticotropa, que ordena a las glándulas suprarrenales que segreguen cortisol. Éste hace que se libere glucosa en sangre, que va hacia los músculos,los dota de energía y los prepara por si es necesario salir pitando o pelear. En realidad, la aparición del estrés es el resultado de una estrategia evolutiva necesaria para enfrentarnos a los peligros de la vida. Si no se liberaran en nuestro organismo todas estas hormonas que nos ponen en alerta, seguramente nos hubiéramos extinguido hace mucho tiempo, quizás devorados por algún animal.
Una vez acaba la situación que producía estrés, el cuerpo recupera los niveles hormonales habituales y el organismo vuelve a su estado normal. La placenta actúa como filtro e impide que el cortisol, que es tóxico, llegue al feto. No obstante, cuando los niveles de esta hormonaen la madre son muy elevados, consiguen atravesar esta barrera y disparan la respuesta de alerta en el feto. Puede que también sea una herramienta con que nos ha dotado la evolución para prepararnos para enfrentarnos al mundo exterior con que vamos a tener que lidiar. De manera que si el estrés aparece en momentos concretos, es beneficioso. Sin embargo, cuando las situaciones de estrés son prolongadas, aparecen los problemas de manera más marcada. Si la madre está sumamente estresada, el bebé recibe el mensaje de que deberá hacer frente a un entorno peligroso. Eso los hace mucho más prontos a reaccionar; suelen ser niños más susceptibles a llorar, a estresarse, a sentir ansiedad.
Asimismo, tal y como el equipo de neurocientíficos del Imperial College de Londres ha comprobado, existen indicios de que niveles altos de cortisol afectan al desarrollo cerebral del bebé durante todo el embarazo. Durante los primeros meses, que es cuando las células cerebrales se mueven hasta hallar su ubicación definitiva, se cree que el cortisol puede llegar a afectar ese movimiento. Si los ataques de ansiedad y estrés suceden en los últimos meses de gestación, se eleva el riesgo de que el niño padezca síndrome de déficit de atención o hiperactividad.
Es más, al parecer, la ansiedad de la madre hace que se reduzca el flujo sanguíneo que le llega al feto, por lo que éste dispone de menos nutrientes para formarse; Vivette Glover afirma que, además, cuanto más alto es el nivel de cortisol en el líquido amniótico que rodea al niño en la placenta, más bajo es luego el coeficiente intelectual del bebé. “Niveles altos de cortisol afectan a cerebro y al aprendizaje”, sentencia esta psicobióloga.
Así pues, podemos ayudar a los niños y futuros adultos teniendo en cuenta la salud emocional de sus madres cuando están embarazadas. Si las podemos ayudar a sentirse menos estresadas, ansiosas o deprimidas, estamos reduciendo el riesgo de que los futuros niños padezcan problemas como síndrome de déficit de atención, dificultades de aprendizaje o hiperactividad. Que, además, indica Glover, son factores de riesgo que pueden convertirse en potenciales problemas de comportamiento. A nivel social, lamenta Sara Jort, psicoterapeuta Gestalt experta en perinatal, el periodo prenatal no está bien protegido por la sociedad, que desconoce la importancia que tiene tanto para la madre como para el recién nacido. “Debería haber políticas que regularan el cuidado de la gestación y los primeros meses de maternidad”, considera Jort. Se trata de prevenir para evitar que los niños tengan trastornos cognitivos, sí, pero sobre todo para conseguir una sociedad más feliz.

Articulo original: La Vanguardia.

lunes, 30 de abril de 2012

Phineas Gage: Decisiones emocionales (Lobulo Frontal)


El 13 de septiembre de 1848 Phineas Gage estaba trabajando a las afueras de Cavendish, Vermont en la construcción de una línea de ferrocarril. Su puesto era de capataz y en general era considerado como un hombre eficiente y capaz. Una de sus funciones era colocar cargas explosivas en agujeros taladrados en la roca. Para ello llenaba el agujero de pólvora, colocaba un detonador, y finalmente lo tapaba con arena y aplastaba la arena con una pesada barra de metal. Ese día Phineas en un descuido olvidó echar la arena antes de presionar con la barra, por lo que al hacerlo hubo una chispa que hizo que explotase la pólvora. Esta explosión a su vez provocó que la barra de metal saliese disparada atravesando el cráneo de Gage y aterrizando a casi 30 metros de distancia. Tras trabajar en varias granjas Gage fue exhibido en el circo, en el que enseñaba orgulloso su herida y la barra de hierro que la provocó.

martes, 27 de marzo de 2012

Expresiones faciales universales


Paul Ekman es un psicólogo que ha sido un pionero en el estudio de las emociones y sus relaciones con la expresión facial. Ha sido considerado como uno de los cien psicólogos más destacados del siglo XX. Ekman asume una perspectiva evolutiva, en el sentido de que el desarrollo de los rasgos y estados del ser humano, en el tiempo, es el fundamento de sus investigaciones. Ekman desarrolló una lista de emociones básicas a partir de investigaciones transculturales en individuos destacados de la tribu de Papúa Nueva Guinea. Observó que los miembros de una cultura aislada de la Edad de Piedra son capaces de identificar con un alto grado de confiabilidad las expresiones emocionales al observar las fotografías tomadas a personas de culturas con las que ellos no han estado familiarizados. También eran capaces de adjudicar ciertas expresiones faciales a las descripciones de situaciones específicas.


Microexpresiones faciales


El psicólogo Paul Ekman dirigió extensas investigaciones interculturales y comprobó que una amplia gama de expresiones faciales relacionadas con emociones específicas son idénticas en culturas distintas. Las expresiones faciales fugaces son expresadas por movimientos ínfimos e inconscientes de diversos músculos faciales, y estos micromovimientos, cuando son provocados por emociones subyacentes, escapan casi por completo al autocontrol. Partiendo de su labor conjunta con Ekman, Mark Frank ha seguido profundizando en la especialidad, y ya ha identificado y aislado movimientos específicos y a veces del todo involuntarios de los 44 músculos faciales humanos ligados al temor, la desconfianza, la aflicción y otras emociones que pueden relacionarse con el engaño. Ha desarrollado programas informáticos que automatizan los procesos de análisis de Ekman, haciendo posible identificar automáticamente cada expresión facial.

Emociones básicas: Paul Ekman


Para Paul Ekman las emociones sólo se explican por su origen filogenético y por sus bases biológicas y, en el ser humano, están determinadas por las siguientes características:
  • Universalidad en los eventos antecedentes a la emoción
  • Expresión universal distintiva
  • Fisiología distintiva
  • Presencia en otras especies de primates
  • Coherencia con la respuesta emocional
  • Rápido inicio
  • Breve duración
  • Valoración automática
  • Ocurrencia imprevisible
Las seis emociones básicas propuestas por el grupo de Ekman son: alegría, tristeza, ira, miedo, asco y sorpresa (ocasionalmente). El estudio de las emociones básicas ha constituido uno de los aspectos más atractivos de la Psicología. Desde Descartes (1649/1698), quien propuso la existencia de seis emociones básicas -felicidad, tristeza, amor, odio, deseo y admiración- y todas las demás no eran más que combinaciones de estas seis; pasando por Darwin (1872/1984) quien marcó el mayor énfasis en la existencia de emociones básicas.

Cerebro y Emociones: Joseph LeDoux


Tiene 49 años y en 1977 trabajó en el Colegio Médico de la Universidad de Cornell. Desde 1989 es profesor del Centro de Ciencias Neurológicas de la Universidad de Nueva York y miembro de la Sociedad de Neurociencia. En su libro El cerebro emocional, LeDoux explica cómo se originó su interés por este estudio: “Mi padre era carnicero, y yo pasé la mayor parte de mi niñez alrededor de la carne. A temprana edad aprendí cómo se ve el interior de una vaca; la parte que más me interesaba era el viscoso y arrugado cerebro. Ahora, muchos años más tarde, paso mis días –y algunas noches– tratando de descubrir cómo funcionan los cerebros; y lo que más quiero saber acerca de ellos es cómo producen las emociones”. Pero todo lo que tiene de osado al abordar en su libro cuestiones como el amor, la alegría o la tristeza lo tiene de cauto en esta entrevista para no ir más allá de lo científicamente demostrado.

Cerebro y emociones: Dilemas morales


Estudios recientes liderados por Jonathan Cohen en Princeton ( Science, 2001) han puesto en evidencia que diferentes tipos de juicio moral se relacionan con determinados procesos emotivos en el cerebro. Si el dilema moral propuesto incluye un fuerte compromiso personal, como "arrojar a un individuo al agua para salvar a los demás náufragos de un bote", las imágenes cerebrales señalan una gran actividad en aquellas zonas del cerebro que procesan las emociones (el clásico dilema de Kohlberg era "robar un medicamento para salvar la vida de una persona querida"). En cambio, si el dilema moral es de otro tipo, por ejemplo, "guardar o no el dinero que se encuentra en una billetera que ha sido perdida", ello no sucede y se activan, predominantemente, las zonas ligadas a la memoria. Lo mismo pasa en el cerebro cuando el dilema no tiene connotación moral (la decisión de "viajar en tren o en auto").

jueves, 1 de marzo de 2012

Antonio Damasio: El cerebro y las emociones



Entrevista de Eduard Punset a Antonio Damasio,
profesor de Neurociencia y director del Brain and Creativity Institute de la Southern California University.

Emociones Individuales y Colectivas



Capítulo de Redes sobre las emociones con una entrevista a Brian Parkinson, psicólogo social, tiene un interés especial en descubrir la relación entre las emociones básicas del ser humano y lo que se llama la “inteligencia social”, la capacidad de relacionarnos con otras personas. De su mano, descubrimos cómo se contagian las emociones en un grupo o cómo validamos nuestros propios sentimientos en relación con los demás.

Fármacos para las Emociones



Una interesante entrada publicada en nuestro blog sobre Psicofarmacología que no nos resistimos a compartir también en este más especifico sobre el tema de las emociones.

jueves, 23 de febrero de 2012

"Análisis Transcultural de la Inteligencia Emocional"


Autor CARMEN MARIA SALVADOR FERRER
ISBN 9788482409696
Año Edición 2011
Páginas 122
Encuadernación Rústica
Idioma Español
Precio 12,00 €uros




Sinopsis

Las diferentes emociones son complejas y se combinan o entrelazan haciéndonos sentir lo inexplicable, por tanto podríamos catalogar las emociones como la sal de la vida. Las emociones nos ponen en movimiento, en pocas palabras, son las impulsoras de nuestros comportamientos. A grandes rasgos, convendría señalar que la aptitud emocional mide la capacidad de comprender, procesar, controlar y expresar aspectos socio-emocionales Tomando como referencia estos planteamientos se elabora el presente manuscrito, el cual tiene como objetivo general analizar la inteligencia emocional en diferentes contextos socioculturales (México, Argentina y España). Así, en primer lugar, se aborda, a través de ecuaciones estructurales, el impacto que presentan las variables independientes satisfacción vital, estilos de atribución y autoeficacia emprendedora) en el dominio emocional de los individuos pertenecientes a diferentes zonas geográficas. Posteriormente, se valora detalladamente las citadas variables predictoras, marcando diferencias, según la procedencia mues-mal. Los resultados no sólo reflejan la importancia de ciertos factores en el manejo emocional, sino que, además, muestran la necesidad de seguir profundizando en su análisis.

viernes, 17 de febrero de 2012

Amigdala y Emociones: Rostros desfigurados (RMf)



La amígdala es un conjunto de núcleos de neuronas localizadas en la profundidad de los lóbulos temporales de los vertebrados complejos, incluidos los humanos. La amígdala forma parte del sistema límbico (término últimamente en desuso por su imprecisión), y su papel principal es el procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales. En vertebrados complejos, incluidos los humanos, la amígdala se encarga principalmente de la formación y almacenamiento de memorias asociadas a sucesos emocionales. Investigaciones indican que, durante el condicionamiento del miedo, los estímulos sensoriales alcanzan el grupo basolateral de la amígdala, particularmente los núcleos laterales, donde se forman asociaciones con recuerdos del estímulo. La asociación entre el estímulo y eventos aversivos podrían ser mediados por potenciaciones a largo plazo, una prolongación de potencial en las estructuras sinápticas con el objetivo de reaccionar más fácilmente.
Los recuerdos de experiencias emocionales que han dejado huella en conexiones sinápticas de los núcleos laterales elicitan conductas asociadas con la emoción de miedo a través de conexiones con el núcleo central de la amígdala. El núcleo central está involucrado en el comienzo de las respuestas de miedo, incluida la paralización, taquicardia, incremento de la respiración y liberación de hormonas del estrés. Daños en la amígdala impiden tanto la adquisición como la expresión del condicionamiento de miedo, una forma de condicionamiento clásico de respuestas emocionales.

Caras y Emociones: Puntos conflictivos



Las emociones son los estados anímicos que manifiestan una gran actividad orgánica, que refleja en los comportamientos externos e internos. Las emociones es una combinación compleja de aspectos fisiológicos, sociales, y psicológicos dentro de una misma situación polifacética, como respuesta orgánica a la consecución de un objetivo, de una necesidad o de una motivación. Sin embargo, en ocasiones nuestra cara puede entrar en conflicto con nuestras emociones cuando queremos ocultar información.

Emociones: El Llanto



El término llanto en general describe cuando alguien derrama lágrimas en reacción a un estado emocionado. La acción de llorar se ha definido como "un fenómeno secretomotor complejo que es caracterizado por derramar lágrimas del aparato lagrimal, sin provocar ninguna irritación de las estructuras oculares" Se estableció una red neural biológica entre el conducto lagrimal y las áreas del cerebro humano implicadas con la emoción. Se cree que ningún otro animal puede producir lágrimas en reacción a estados emocionales aunque es cuestionado por algunos científicos. Según un estudio de más de 300 adultos, por término medio los hombres lloran una vez cada mes, y las mujeres al menos cinco veces cada mes,especialmente antes y durante la menstruación cuando el llanto puede tener lugar hasta cinco veces más que normal, a menudo sin razones obvias como la depresión o tristeza.

jueves, 9 de febrero de 2012

"Los Secretos de la Motivación"


Autor Marina, José Antonio
ISBN 9788434413627
Año Edición 2011
Páginas 192
Encuadernación Rústica
Idioma Español
Precio 16,00 €uros





Sipnosis

La motivación despierta un interés universal. Los padres quieren motivar a sus hijos, los docentes a sus alumnos, los jefes a los subordinados, las empresas a sus clientes, los políticos a los votantes… También queremos motivarnos a nosotros mismos; cuando nos sentimos aburridos, cansados, desesperanzados, y desearíamos poder lanzar un grito de ayuda: íPor favor, que alguien me motive! Incluso este breve texto no pretende nada más que motivarle a leer el libro. ¿Cómo lograrlo? He ahí la cuestión fundamental. En este libro no pretendemos convertir a nadie en psicólogo experto en comportamiento, sino en prácticos de la motivación, en personas capaces de detectar las manipulaciones emocionales, y también expertas en animar y estimular a los demás y, por supuesto, a sí mismas. No nos cabe duda de que es nuestra competencia más deseable.

lunes, 23 de enero de 2012

"Psicología de la Motivación" (Libro de la Asignatura del Grado de Psicología en la UNED)




Autor Sanz, M.
ISBN 9788492948673
Año Edición 2011
Idioma Español
Precio 60,00 €uros





Sinopsis

INCLUYE EL LIBRO DE TEORÍA Y EL MANUAL DE "PRÁCTICAS EXPERIMENTALES DE PSICOLOGÍA DE LA MOTIVACIÓN"

TEORÍA (Edición 2009)

El presente manual va destinado a los alumnos de primer curso del grado en Psicología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y más concretamente a la asignatura de Psicología de la Motivación.
En la elaboración de este manual, se ha pretendido cubrir aquellos aspectos principales del proceso psicológico de la motivación que puedan ayudar a entender, por una parte, su funcionamiento como motor de la acción, y por otra parte, su implicación en los objetivos y las metas últimas de la conducta.
Este manual se divide en 8 capítulos que presentan la siguiente estructura: Índice, Objetivos, Contenidos y Resumen. En último lugar aparecen las Preguntas de Autoevaluación, formuladas en formato test, para que el alumno pueda valorar su propia asimilación de los contenidos adquiridos en cada capítulo.

Manual de PRÁCTICAS EXPERIMENTALES DE PSICOLOGÍA DE LA MOTIVACIÓN (Edición 2011) Incluye CD-ROM

Psicología de la Motivación es una asignatura teórico-práctica y, por tanto, una de las actividades que hay que desarrollar durante el curso académico es el trabajo con los contenidos prácticos, como se indica en la Guía de la asignatura. Esta actividad se va a realizar exclusivamente con el material didáctico que tiene ahora en sus manos.
El objetivo de estas prácticas tiene una doble finalidad. Por un lado, su realización contribuirá a mejorar la comprensión de algunos de los contenidos teóricos desarrollados en el libro de texto, y en algunos casos ayudará a ampliar y/o complementar algunos conceptos importantes de la asignatura. Por otro lado, su ejecución puede servir a los estudiantes como modo de introducirse de una manera directa y activa en el difícil campo de la experimentación. En definitiva, ambas finalidades persiguen un único fin, la mejor formación de nuestros alumnos como futuros psicólogos.
Estas prácticas están diseñadas en coordinación con la docencia teórica, pretendiendo que los estudiantes las puedan realizar fácilmente en su propio domicilio, sin necesidad de ningún tipo de ayuda. Con la utilización del vídeo didáctico recogido en el CD, podemos mostrar las distintas situaciones experimentales que se realicen en los laboratorios de psicología de la motivación, donde se muestran distintos aparatos de medición y de control.
(...) Esperamos que con la realización de estas prácticas experimentales se alcancen las dos finalidades propuestas al inicio, es decir, ayudar a comprender mejor los contenidos teóricos e iniciar el camino de la experimentación. Con ello conseguiremos en definitiva, una mejor formación para nuestros alumnos.

sábado, 14 de enero de 2012

"Al alba de las emociones"



Autor Susana Bloch Arendt
ISBN 9789568601058
Año Edición 2011
Páginas 300
Idioma Español
Precio 20,00 €uros






Sinopsis

"Al Alba de la Emociones" permite el necesario y fundamental reencuentro con la alegría, la tristeza, la rabia, el miedo, el erotismo y la ternura; las únicas seis emociones básicas universales y aculturales del ser humano. Reconocerlas genuinamente, sin confusiones, tal como las expresan los niños, es esencial y el punto de partida para observar y comprender mejor las complejas emociones mixtas, las sorprendentes emociones sublimes, las angustias, neurosis y depresiones.